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“Siempre tendremos Barcelona”

“Estábamos fugándonos juntos,
pero con un billete de vuelta
a dos destinos distintos.”

R:

Alguna vez me dijeron que todas las ciudades de Europa son iguales. Que todas tienen la misma esencia que te envuelve con sus aromas de un pasado indeleble, que los espectros de luz de sus catedrales reflejan en sus sombras el mismo resplandor etéreo, que todas cantan con la misma voz. Pero, hace dos días que regresé a Roma y no puedo evitar sentir que estoy en una realidad alterna. Las calles brillan con su esplendor barroco y su fulgor renacentista, tal como siempre lo han hecho, pero ahora algo ha cambiado. Siento que tu ausencia ha causado una absoluta metamorfosis en mí; ni la más luminiscente farola en Roma podrá compararse nunca con el esplendor de tu alma amore mío. Porque ahora solo sé sentir tu ausencia, porque en noches como está debería tenerte entre mis brazos.

Mis sentidos se rehúsan a creer que en mi vida ya no existes. No puedo caminar por estas calles sin escuchar a la distancia la voz de dos jóvenes entonando las palabras de aquella canción mientras se dirigen al amanecer, sin darse cuenta ninguno de ellos, mientras se tomaban de la mano y se besaban una y otra vez a través de las calles de Barcelona, que aquella iba a ser la última noche en la que se amarían.

Te juro que renunciaría a todos mis mañanas si esto significara que podría pasarme el resto de mi vida así: contigo, de noche, en Barcelona, con los ojos permanentemente cerrados, con mi corazón entrelazado con el tuyo. Porque tú me hiciste creer en las eternidades. Y lo único que me tranquiliza es saber que la nuestra vivirá para siempre. Tal vez no en nuestras memorias, tal vez no en este mundo, pero si en esta vida. Tú y yo creamos una sinfonía a ciegas mientras bailábamos por las calles aquella noche, amor mío. Una sinfonía que retumbará por siempre en las paredes de aquellas catedrales, un perfume invisible que desprenderá de cada rosa cada vez que alguien diga nuestro nombre.

No es cierto eso que dicen que todas las ciudades de Europa son iguales. La única cuyos callejones llevan a nuestro amor tatuado en sus paredes siempre será Barcelona.

Mi manchi amore mio,
le stelle di Roma non sono le stesse senza di te.

En algún lugar en silencio,

Te quiere, V.


V:

La noche que nos besamos por primera vez supe que iba a ser la última.

Por eso cuando nos íbamos corriendo de la mano me paré a darte un último beso. Para que tal vez así ese beso se quedara conmigo un poco más de tiempo. Pero, me di cuenta de algo preciosa, lo único de lo que esta vida nos privo fue de tiempo.

Han pasado solo dos días desde que te fuiste, una cantidad de tiempo que para muchos puede ser muy breve, pero cuando se trata de ti nada puede ser así de simple, ¿o sí? Hace dos semanas no sabía siquiera de tu existencia y ahora me has cambiado la vida. Que iba a saber yo que aquella chica con ojos de olivo sentada silenciosamente en una esquina iba a prender las llamas del infierno dentro de mi alma. Y saber que ibas a hacer de ese infierno un paraíso que solo tú y yo conocemos; un paraíso cuyo cielo era del color de la más sangrienta rosa, pero aún, un paraíso.

He llegado a la conclusión de que eres vino romano puro, eres el aura escarlata que alumbra una vez que el día ha muerto y que la noche aún no nace. Eres el calor hecho persona y la pasión hecha calor. Lo supe desde el primer momento en el que tu mirada se cruzó con la mía. Me tocaste, y todo mi mundo dejo de ser gris. Porque eres el sonido de las guitarras flamencas sintonizándose con el latido de nuestro corazón, eres la música de las palmadas incesantes que aún persiguen a mi memoria. Eres una flama que nunca nada podrá apagar, y, ¿acaso hay algo en esta vida más bello que eso?

Estoy consciente de que tal vez nunca vuelva a tener el placer de tenerte entre mis brazos, pero sabes algo amor, no me importa. Porque tú ya perduras en lo más profundo de mis recuerdos. Supe que sería así desde que me permitiste adentrarme en tu alma cuando me viste a los ojos aquella noche. Preciosa, en ese momento tú me enseñaste que bailar y vivir son lo mismo. Que tenerte con una mano en la cintura y mi otra mano entrelazada con la tuya es mi manera de respirar. Que el oro de tus ojos me deslumbra, aun cuando es de noche. Que, con cada una de tus sonrisas, un nuevo corazón en el mundo comienza a latir.

Y si es verdad que nunca te volveré a ver, sé que algún día regresarás a mí, meses o años más tarde; sé que siempre llevaré tu recuerdo en el roce de un extraño, de imágenes que ahora solo me pertenecen a mí, sin saber que era digno de ello. Porque, esa noche tu y yo encontramos a Cupido en todos los lugares de Barcelona, pues cortamos una de sus alas para forzarle a volar en círculos.

Ahora, más que nunca me doy cuenta de que, nunca había sentido que Barcelona estuviese tan lejos de Madrid.

T’estimo meva preciosa, recorda que sempre tindrem Barcelona.

-R

Shadows and light in Barcelona por Thomas W. Schaller

“Shadows and light in Barcelona” por Thomas W. Schaller

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Paola Manzo

Soy Paola de 410 y me encanta el arte en todas sus expresiones. Amo escribir, pintar, dibujar, tomar fotos, ver películas, ir a museos y aprender de todos los aspectos de la vida.

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